El papel que una persona asume en su familia de origen suele ser la semilla de la que surge el adulto. La psicóloga estadounidense Virginia Satir reconoció la importancia de la familia original en la formación de la personalidad y examinó las diferencias entre una familia funcional y sana y otra disfuncional. Satir estaba especialmente interesada en los roles que las personas adoptan como mecanismos de compensación cuando falta una dinámica sana entre los miembros de una familia. La necesidad de vínculos emocionales básicos positivos constituye el fundamento de su concepción, en la que consideraba el amor y la aceptación como las fuerzas más poderosas para curar a cualquier familia disfuncional. Destacaba que una vida familiar sana se caracteriza por muestras de afecto abiertas y recíprocas, así como por expresiones de consideración y amor entre todos los miembros.
Los efectos a largo plazo de la influencia de los padres en el bienestar social, emocional y cognitivo de sus hijos pueden moldear significativamente la capacidad de estos para funcionar en la sociedad como adultos. Es crucial que los padres sean conscientes del impacto que su estilo de crianza tiene en el desarrollo de sus hijos.
Quiero enfatizar varios puntos, en línea con lo mencionado anteriormente. Al nacer, todos tenemos una serie de necesidades como la conexión, la protección, el amor y el sentirse valioso. Desde el nacimiento, solo necesitamos dos cosas: conexiones y evitar rechazos. Nos codificamos para buscar conexión, porque así es como sobrevivimos en el mundo. Cuando estas necesidades no son cubiertas, los bebés no dejan de amar a sus padres ni a sus cuidadores; simplemente dejan de amarse a sí mismos. Los niños pequeños no tienen la capacidad de razonar o cuestionar por qué suceden las cosas; idealizan a las personas que los crían. No pueden decir «mi mamá no está bien emocionalmente y por eso me grita» o «mi papá tuvo un mal día y por eso me pega». Antes de los cinco años, no hay conocimiento, solo emociones, y la emoción supera a la lógica. Todo lo toman muy personal. A medida que crecemos, surgen más necesidades, como sentir que importamos, que alguien se siente orgulloso de nosotros, que alguien nos celebra y nos hace sentir suficientes, conectados, seguros y cuidados. La mayoría de los adictos, al no encontrar una conexión, se conectan a las drogas para sentir que pertenecen a algo.
¿Por qué es importante?
La conexión familiar desempeña un papel fundamental en el desarrollo sano del individuo. Afecta significativamente el comportamiento, las actitudes, las creencias y los valores de los hijos. Como los niños aprenden del entorno y de las personas que los rodean, la conexión familiar puede influir en gran medida en su crecimiento. Cuando existen fuertes lazos familiares, los niños tienen más probabilidades de desarrollar mejores habilidades sociales y académicas, relaciones más sanas y una autoestima más sólida. Las familias sirven de modelo para los niños, y la conexión con los miembros de la familia influye en el comportamiento y las características del niño. Las conexiones familiares ayudan significativamente a guiar al niño para que tome decisiones saludables, resuelva problemas y alcance sus objetivos. Además, una fuerte conexión familiar puede reducir el riesgo de problemas de conducta en los niños y promover interacciones familiares positivas, autoestima y resistencia a la adversidad.
Para los adultos ya es demasiado tarde; hay que trabajar con los niños. Fracoise Dolto.
Les envio un abrazo con rayito de luz!